viernes, 16 de mayo de 2014

Retorno

I

Me  rehúso a entregar los sueños
me niego a doblar mis rodillas trémulas una vez más al simulacro dominante
Las tablas de este escenario están reinventadas
El cielo es la amalgama de transmutaciones contingentes que nos renuevan el espíritu a los lúcidos dementes que creemos en eso
durante ese instante introspectivo-enigmático-filosófico en el que me despeño en ocasiones:
las corporeidades zombificadas se esfuerzan en realizar la pantomima del titiritero
la modernidad agrede la tradición
la sin-razón de la imagen embiste la sinapsis cerebral
y a la sazón
ocupa la máquina zómbica cual huésped mimado
Ayer los zombis iniciaron la jornada conflictiva

Retorno a la certeza de mi cuerpo
En la plaza El Venezolano el danzón conserva vivas, ágiles y enamoradas algunas espaldas
brazos y piernas veteranas
no hay rastro material del albur zómbico
Las historias de estas calles semánticas se cuentan solas

II

La palabra, qué es eso
La palabra, qué amenaza es esa
El verbo convoca la esperanza y condiciona a los esperanzados

Mi noche especial es la noche de tus sueños dulces
de tu mano tibia y ardorosa que convoca la impavidez de mis palmas
que se derriban y trastornan en la impostergable calidez de tu con-tacto
No sé qué día es hoy
Escribo para el viento de Mayo
Acudo al derrumbamiento de la hermosura de las hojas de los árboles
las hojas del árbol de níspero son el Fénix de esta región
que re-huye del arte moderno
la flaquezas del alma se reponen cuando el día tiende al encanto
Este cuento inacabado apenas empieza
A esta hora continuas transitando mis neuronas léxico-gramaticales
Nos vemos en el sueño de siempre, como nunca.

domingo, 4 de mayo de 2014

(In)sosegado discurso de un futuro padre de familia

A estas alturas de la vida
descubro las ataduras perversas de mi mente
al juego macabro de la bolsa
y de los cuellos estirados de World Street

Las metafóricas cicatrices de mi espalda proletaria
pesan como vicios
y brotan de sus tristes escisiones la sangre de mi bandera

Sobre tus muslos encuentro las bases
inquebrantables de mis batallas fieras
ahora seremos tres
y mis fuerzas se multiplican
el centro de mis deseos suprahumanos
se halla en los cielos inmortales
y el centro de mis indomables esperanzas
se halla creciendo en tu vientre deslumbrante
el amor transita en tus venas maravillosas
lo sé porque tus labios me transmiten los códigos
de los latidos amorosos de tu pecho

La llameante vida del utopista
comienza pero jamas termina
siempre eternos son sus cantos
honestos y desenfrenados
la fetichización del poder es el mal
de la democracia representativa
y su inmanente e insuprimible característica
eso lo aprenderás primero

Los vientos del Suroeste olvidado
golpea suave en tu vientre cálido
atrae la vida y los sueños de la providencia justa
el martillo de los utópicos es mi arma favorita
porque construye
no me sé todavía las canciones de cuna
de los rebeldes lúcidos y enamorados
pero me las invento en mi mente inquieta

Siento tu cuerpecito inocente
cuando tu mami insiste en tocar su barriguita
yo veo una cómoda capsula pero me da miedo
tocarte muy fuerte

He imaginado las magnánimas historias
para contarte
ensayaré mi trémula oratoria
las formas transmutadas de las nubes
esperan ser descifradas y soñadas por ti
te enseñaremos a reinventar el cielo

El baboso pulpo del mercado se cuidará de ti
los poderosos y mágicos filos de la poesía
resguardarán tu corazón amado
de las bestias mezquinas
y las nubes
y los árboles
y los turpiales
y las golondrinas
y tus amados padres
nos regocijamos
en la armonía y te abrazamos
eternamente

sábado, 3 de mayo de 2014

Sin título aparente

Este hábito desenfrenado y loco. Digo, es que ahora escribo de todo y hasta por los codos, como dirían los de repertorio léxico popular. Escribo aquí y allá; dialogo y catalogo y me catalogan los slóganes pueriles del oclos:

Pero el enamorado soy yo
les digo
yo soy el enamorado y escribo y hablo
y te despeino las vocales
reacomodo el orden alfabético
desmiembro el sentido común
y tus ojos universales me guían en la penumbra
desintegro la cruel e impertérrita providencia 
me desquicio en el café Venezuela
hablando de la llanura infértil del imaginario colectivo
infértil no literalmente porque es rica y productiva
pero podría ser más y alcanzar las nubes
y me refiero a la autoreflexión hoy casi inconcebible
me indigno un poco
mas me elevo en tu voz cándida mariposa de mis deseos violentos
reprocho esa vacua queja estúpida 
de los autómatas des-espiritualizados
que ni saben qué consigna profieren
qué les salpica de la boca
el Chino dijo que en poesía no nos fuésemos de bruces
contra los zombis
lo bueno es que ésta prosa
esquizofrénica no es del oclos sino de mis palmas labradoras
y de los ojos de ella
eso es harina de otro costal
me voy 
a fraguar
alguna lluvia
cerca de algún tobogán

Nos vemos

viernes, 2 de mayo de 2014

¿Quién eres?

Laura es una joven de veinte años. Le encanta desahogarse en su diario de campo desde hace unos años y el jugueteo semántico y sintáctico que logra con las palabras se le da bastante bien y lo sabe. Tiene una perspectiva de la vida bastante particular y dice ser de izquierda pero no alcanza a separarse de la ideología hegemónica; tal vez porque la izquierda la han vuelto los ideólogos o sofistas modernos una nebulosa estelar amorfa. La conciencia de clase no la encuentra ni en sus incesantes desahogos antisistémicos, que al fin y al cabo eso es lo que son aunque para ella son solo disertaciones bobas, pero son disertaciones nada bobas que se le ocurren por existir y desenvolverse en un contexto sociocultural determinado, cruel por demás; aunque no lo ve, en definitiva, son unas micro lanzas contra los megaengranajes superfortificados de la perturbadora máquina social. Mi preocupación inicial como su narrador omnidemente es ¿Cómo va a hallar la verdad de los condenados que le conmueven si busca reflejarse ella misma en el deseo delirante de los propietarios hiperindividualistas?

Laura escribe de la vida y cuando le provoca de la muerte; pero también del alocado tiempo, de la literatura de genios ciegos, de los humillados corazones o algún hecho social del presente. Aparentemente no tiene un tabú temático aunque generalmente se despeña en su micromundo y egocéntricamente olvida y repudia a los otros y otras.

Laura es un alma como muchas, preocupada y soñadora, utopista aunque demasiado inocente; es un alma magnánima pero las circunstancias de su vida, de su contexto objetivo inmediato, de su habitus de clase: esa estructura estructurada y estructurante a la que inexorablemente (y sobre todo inconscientemente) se sumerge cada día, cada minuto y segundo de su existencia, le desdibuja el horizonte honrado del cielo, le difumina la bifurcación entre el camino ruin y egocéntrico de la vida y el camino bondadoso y plural de las vidas todas, imposibilitándole la serenidad del juicio para discernir entre las orugas eternamente angustiadas que necesitan su apoyo en la lucha por la vida y las Águilas asesinas.

Existimos en cada ciudad de esta única nave espacial natural de los humanos, innumerables seres leales y generosos que nacemos soñando mucho antes de que la escuela nos recorte las alas de la imaginación y la dura, cruenta y aporreadora cotidianidad nos haga olvidar en la coyuntura que es la efímera vida, que existe la utopía y el sueño es hermoso y la luna es eterna como los ojos de los humillados y no humillados, que la desigualdad no es natural y que la lucha empieza por despertar de ese trance cotidiano y arrancarle tajos a la vida y reinventar nuestros deseos y que cuando el poder se resista ejerceremos nuestro poder colectivo contra sus infames armas y tomaremos el fusil airado de la poesía del Chino y cabalgaremos sobre las nubes de los sueños de los niños y niñas, cantando con ellos y ellas las canciones de los pechos ardientes del pueblo y las naciones amigas, de nuestras patrias y nuestras matrias hasta alcanzar el Edén prometido y que  lo tomaremos por asalto así nos cueste los huesos.

¿Quién eres? L...

Esta es la narrativa de mis venas desquiciadas y enamoradas del pueblo
que se desaten las lluvias
que se des-aten las cuerdas aprehensoras de tu corazón rebelde
que se desaten
los psicodélicos colores del grito
y los tonos de mi voz  
tímida y entregada
me des-ato y te beso hasta
los secretos
más
desgarradores
Patria mía

Yo seguiré cantando y contando historias bajo los puentes citadinos, codificando miradas extraviadas y sonrisas pícaras y accidentales, en las aulas de clases, en los pasillos o en el café si la vida tiende, como suele hacerlo, a conquistar la hermosura.

Andamos en algo.